16 agosto, 2009

Las cosas que uno persigue

Entre las cosas que uno persigue algunas tienen nombre de mujer. Tienen espaldas al aire. Ojos que dicen una cosa, labios que sugieren lo contrario. Peor es cuando los ojos sugieren y los labios contradicen.
Agosto es siempre inescrutable, arden más la cama y el parqué. Huyen las palabras igual que en noviembre y que en marzo y dan fútbol en la tele. Igual que en noviembre y en marzo. La Policía parece más amiga, y ojalá fuera la única. Las conclusiones se codean violentamente en el embudo de un cerebro que trata de hacer la digestión. Se me revela que debería perseguir más cosas, y no sólo gemas, perlas, auroras y otras cosas con nombre de mujer.