27 diciembre, 2008

I can't stop my brain

Las temperaturas tienden a su estado natural, a los niveles que fueron inventados para durar, alejándose como en un espejismo de realidad de los grados adulterados. El alcohol en los bares, sin embargo, sigue igual de criminal. Ojeo el libro de Ullán editado este año. Me duele algo pero no acierto a saber qué. El de Moravia sigue en la mesilla, una edición muy art-decó, bien para la biblioteca pero las páginas pesan más de la cuenta. Para colmo, una mujer fatal en el camino. Cierro los ojos pero no duermo. No duermo. No duermo. No puedo dormir. Y recuerdo el I'm so tired del álbum blanco de los Beatles. Y la tarareo, a ver si mañana es otro día o vuelve a ser el mismo.
I'm so tired, I haven't slept a wink, I'm so tired, mi mind is on the blink, I wonder should I get up and fix myself a drink...
No, no, no.